lundi 28 mai 2012

Días feriados

Estoy de regreso luego de casi un mes de ausencia, debido entre otras cosas a que he estado de vacaciones. Y no he sido la única, pues en Francia, mayo es el mes que más días feriados tiene. Son cuatro, prácticamente uno por semana, y cuando, como sucedió este año, dos de ellos caen martes y uno jueves, la gente aprovecha para hacer el puente, tomándose el lunes o el viernes libre para tener un fin de semana de cuatro días. Y el cuarto, que se celebra hoy, siempre es un lunes, así que para muchos prolonga el week-end (así es que dicen los franceses, y lo escriben con el guión, que en inglés no se usa).

Y como los días feriados no sólo son días de descanso, sino también de conmemoración, veamos a qué corresponde cada uno de ellos y qué nos dicen sobre la sociedad francesa.

El primero es el 1ro de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Aunque se celebra en muchos países, aquí tiene mucha importancia, pues Francia siempre ha sido un país muy activo en todo lo relacionado con las luchas obreras. Gracias a las reivindicaciones de los sindicatos, las condiciones laborales en Francia son bastante ventajosas: trabajamos 35 horas semanales y tenemos cinco semanas de vacaciones. A pesar de estos logros, siempre hay motivos para luchar: por ejemplo, la deslocalización de las operaciones de empresas francesas a países donde la mano de obra es más barata.

Una semana más tarde, el 8 de mayo, se conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial y la victoria de los Aliados. Es evidente que, aún casi siete décadas después, el sufrimiento causado por este conflicto y todo lo que éste conllevó sigue muy presente en la mente de los franceses, y por eso, tanto las grandes ciudades como los pueblos pequeños, se llevan a cabo todos los años ceremonias de recordación muy solemnes. Además, por todos lados hay placas que rinden homenaje a los miembros de la Resistencia y a las numerosas víctimas de la guerra. Y todos primeros miércoles de mes, se escucha al mediodía la sirena que en aquella época anunciaba los bombardeos. Aunque hoy en día se trate de un simulacro para verificar su buen funcionamiento, la verdad es que cada vez que la oigo, no puedo evitar pensar en el miedo que debía sentir la gente cuando la amenaza era real.

Los otros dos días feriados del mes son religiosos: el jueves de la Ascensión y hoy, el lunes de Pentecostés. En un país que se autoproclama tan laico, llama la atención que perduren estas y varias otras fiestas católicas, a pesar de que son cada vez menos los practicantes y  me atrevo a apostar que muchos ni conocen su significado.

Lo que sí es más representativo de la sociedad francesa es que hace unos años, después del verano de 2003 durante el cual el intenso calor provocó la muerte de unas 15000 personas, ancianos en su mayoría, se decidió que el lunes de Pentecostés sería el “día de la solidaridad”. La idea es que fuera un día trabajado pero no pagado, y que nuestro sueldo del día fuera destinado a iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores o con impedimentos. Actualmente, las empresas tienen más flexibilidad para decidir cuándo y cómo quieren organizar esta jornada que los asalariados le regalan a los más necesitados. Con este gesto, sí me parece que este país demuestra que la fraternidad es uno de los elementos del lema de la República. 

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