dimanche 10 juin 2012

Un presidente "normal"

Ya hace casi un mes que tomó posesión de su cargo quien prometió ser un presidente “normal”. La prensa escrita, al citar esta expresión, espontáneamente le puso las comillas,  como  para enfatizar que se trataba de un oxímoron. Evidentemente, François Hollande buscaba distanciarse de Nicolas Sarkozy, quien poco después de su elección, se dio a conocer como el presidente “bling bling”, por hacer alarde de su riqueza celebrando su victoria en un restaurante chic de los Campos Eliseos, tomándose unos días de vacaciones en el yate de un amigo millonario, y mostrándose con sus gafas de sol y su reloj de marcas lujosas.
En cambio, el nuevo presidente, ha decidido demostrar que, a pesar de su función, puede seguir viviendo con cierta sencillez. Por ejemplo, para cumplir con sus compromisos oficiales a través de todo el país y hasta en Bruselas, viaja en tren en vez de en jet privado cuando es posible, y cuando no, va en carro. De hecho, esta semana, el carro en el que se trasladó a la ceremonia de conmemoración del día D registró un exceso de velocidad y se comió tres luces rojas, y enseguida la gente bromeó con que el presidente conduce demasiado rápido, igual que los franceses “normales”.
Está claro que esta voluntad de “normalidad” tiene sus límites. Hollande había expresado su deseo de seguir viviendo en su apartamento de tres habitaciones en París, pero tuvo que desistir de la idea porque éste no cumplía con los requisitos de seguridad. Finalmente, tendrá que vivir en el Palacio del Elíseo, la sede de la Presidencia, con su compañera, la periodista Valérie Trierweiler, quien ha anunciado por su parte que a pesar de haberse convertido en la Primera Dama del país, piensa continuar ejerciendo su profesión. Aunque a muchos esto les parece incompatible, ella considera que si se aleja de temas políticos, nada debe impedirle seguir trabajando.
Es evidente que el presidente y su pareja no podrán vivir en todo como personas “normales”, pues ser presidente de un país es de por sí algo extraordinario. Aún así, a pesar de que algunos lo acusen de haber adoptado esta actitud para ganar la simpatía del pueblo, me parece que Hollande da buen ejemplo con sus gestos, que demuestran que busca no alejarse por completo de la manera de vivir de los ciudadanos que representa. 

1 commentaire:

  1. Esperemos que sus compatriotas lo respalden, sobre todo brindándole la mayoría parlamentaria que necesita para gobernar sin demasiados acomodos con la oposición.

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